ASOCIACIÓN DE PROPIETARIOS DE TERRAMAR
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PRIMERA ETAPA (1980)
La Asociación de Propietarios de Terramar (APT) se fundó en 1980 con la principal finalidad de conseguir la financiación del asfaltado de las calles del barrio, poniendo a la vez aceras e instalando alumbrado callejero. Como las autoridades públicas no estaban dispuestas a subvencionar el importe total del proyecto, la iniciativa tuvo que ser financiada en una parte importante, por los propios vecinos mediante una “derrama” de una cantidad nada despreciable.
Una vez conseguido este objetivo, la APT dejó de estar activa, desapareciendo de facto sus socios así como sus órganos de gobierno. Pasó por una etapa de ostracismo hasta en inicio del siglo XXI.
SEGUNDA ETAPA (2002)
La APT vivió revivió a principios del actual siglo, concretamente a partir de una Asamblea General Extraordinaria celebrada el 4 de agosto de 2002 en la que se modificaron los Estatutos para conformarse a la normativa vigente. El motivo que llevó al resurgir de la Asociación fue la “amenaza” que supuso la publicación de los anteproyectos urbanísticos para Sitges.
La posibilidad de que se modificara los usos del Sector de Terramar alertó a los antiguos y nuevos vecinos y propietarios, que canalizaron su preocupación a través de la Asociación ante las propuestas expansionistas incluidas en el borrador de la inminente modificación del Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM) y en particular aquellas referentes al barrio de Terramar, que proponían permitir las actividades de restaurantes, cafeterías, y cualquier otra actividad comercial de ocio, excluidas las discotecas.
Además, se permitiría oficinas y locales para usos administrativos, sanitario-asistenciales, culturales y educativos. En relación con los usos hoteleros, quedarían permitidos en parcelas de 4.000 m2 o en las de 2.500 m2 siempre que comprendiesen las ¾ partes de una isla entera.
La Asamblea de la APT se opuso al cambio de concepto del barrio y a favor de su mantenimiento como una zona casi exclusivamente residencial, con la excepción de los pocos establecimientos hoteleros ya arraigados en el distrito. Se unió a la Plataforma formada por las asociaciones vecinales de todo Sitges en contra de la masificación, que negoció con el nuevo Equipo de Gobierno salido de las elecciones municipales del año 2003, cuales habían de ser los criterios que debía recoger el nuevo POUM, de manera que quedaran fijadas de forma definitiva las normas urbanísticas del sector. Se resignó a incorporar al POUM un “plan especial” para las diez casas aparejadas que ya se habían construido en la Plaça del Vinyet, y que era una edificación que claramente transgredía las normas de edificación de la zona de Terramar dentro de la que se sitúan. El objetivo era legalizarlas definitivamente, a fin de terminar con una situación que la APT se encontró ya consolidada, velando a partir del momento de su revitalización para que irregularidades semejantes o distintas, pero que fuesen contrarias a la normativa urbanística implantada por el POUM, no pudiesen reproducirse.
TERCERA ETAPA
(2002 – 2003 A LA ACTUALIDAD)
A partir de 2002, la APT ha funcionado de manera continua, intentando en todo momento velar por el mantenimiento de la calidad urbanística -como se acaba de comentar- y para conseguir mejoras en el barrio.
El problema principal con el que se tuvo que lidiar una vez terminada la labor relacionada con la redacción del POUM, fueron las molestias causadas por la discoteca L’Atlàntida, situada al final de la playa de les Anquines pero dentro de la franja marítimo-terrestre protegida. El ruido generado por la música resultó mucho menos molesto que el de los clientes que aparcaban en el sector y donde montaban botellones pre- y post- fiesta.
Finalmente, la presión ejercida por nuestra Asociación, que tomó parte activa en las reuniones con las otras partes implicadas en el mismo problema, contribuyó en cierta medida al cierre definitivo de la sala de fiestas en el año 2013 y el restablecimiento de la tranquilidad en el barrio.
Del resto de reivindicaciones que la APT lleva planteando al Ayuntamiento año tras año y de forma insistente, se ha logrado que realice algunas “pequeñas” actuaciones positivas para Terramar, como son:
- Una mejor señalización viaria que ha reducido el número de accidentes en los cruces;
- Zonas de prohibición de aparcamiento en las calles más estrechas y cercanas a la playa;
- La eliminación parcial de las barreras arquitectónicas en las aceras;
- Grupos de contenedores de basura para la recogida selectiva cada dos islas;
- El aumento de la frecuencia del podado de arbustos y árboles.
También se ha arreglado algunas aceras, gracias a las obras de SOREA, que tuvo que renovar hace tres años la red de suministro de agua debido a la obsolescencia de las tuberías. Por otro lado, actualmente se está reemplazando el maltrecho alumbrado callejero presente desde 1980 por uno moderno que aplica tecnología Leds y esto también contribuye al arreglo de algunas aceras.
Ahora bien, a pesar de que el barrio constituye un conjunto residencial de alta calidad, pionero de las llamadas “Ciudad Jardín” de todo el Mediterráneo, que es uno de los rasgos que diferencian el municipio de Sitges de otras poblaciones costeras de renombre, quedan muchos déficits urbanísticos -la mayoría identificadas ya en las Asambleas de los primeros años de este siglo- que están esperando solución, como, por ejemplo:
- El soterramiento de las líneas telefónicas y de las eléctricas. Como las compañías no tienen obligación de soterrarlas y el Ayuntamiento mantiene que no tiene competencia sobre esas líneas, difícilmente aquellas se decidirán por hacer nada hasta que no se les obligue;
- El arreglo de las aceras que han sido levantadas sobre todo por las raíces de los pinos, excepto las que han sido intervenidas para reemplazar la red de suministro de agua y la de alumbrado callejero;
- El asfaltado de las calles, también afectadas por las raíces de los árboles;
- Mejoras en la limpieza de la calle y, en especial, alrededor de los contenedores de basura.